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No hablo nunca de mi vida privada, no me gusta y no viene a cuento. Pero las tormentas que se están merendando Catalunya esta tarde parece que también campan a sus anchas dentro de mí.. Hace unos días leía en el blog de Trinitee Trilam la escalofriante entrada en la que explicaba sus ataques de pánico, entre nosotros más conocidos como crisis de ansiedad o de angustia. Los comentarios tampoco eran moco de pavo. Desgraciadamente, es muy elevada (cada vez más) la cantidad de personas que los padece. Yo fuí una de ellas. Por eso, supongo, leer a Trinitee me removió muchas cosas. Quise escribir algo.. pero no fuí capaz. Han pasado los años y no han vuelto, no al menos como los conocí.. Alguien decía en uno de esos comentarios que, aunque sonará a tópico, eso la haría más fuerte. Y es cierto. Hoy yo he aprendido a vivir con la ansiedad. Más que eso, se ha convertido en mi aliada, sus primeros síntomas me avisan de que no estoy haciendo las cosas bien, de que mi vida no es lo que debería ser. En eso llevo ventaja.

Aún así, hay veces que las cosas no son blancas o negras, aunque eso es lo que más querríamos, simplemente para poder actuar de una u otra manera.. pero actuar! No siempre puede ser, y hoy me encuentro en uno de esos caminos que no es que tengan decenas de bifurcaciones, es que parece haberse borrado sobre el terreno, y sigo caminando más por amor a la aventura que por convencimiento.. en realidad lo que desearía es sentarme y descansar de una maldita vez.

Y la ansiedad está ahí, esperando para saltarme al cuello. La siento en lo incómoda que estoy en la silla sea cual sea la postura que coja, en cómo se me caen encima las paredes aunque, precisamente, para lo que más quería estas vacaciones era para no moverme de casa en unos cuantos días.. en como aprieto los dientes, en la desazón absurda que siento sin venir a cuento..


A veces, SL, puede llevarnos al paisaje perfecto para nuestro estado de ánimo. A veces, eso sólo basta para hacernos sonreir por un momento, saltar dentro de una tienda y, ya que no podemos vestir nuestro ánimo, al menos reflejarlo.




El vestido es Straight Jacket Surrealist, de Saeya Nyanda, en Kyoot Army (400L$) y el lugar el mismo Silent, un lugar fantástico ;)
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2 Responses
  1. purusha Says:

    Solo los que hemos vivido un "ataque de angustia" sabemos de lo que hablas.
    Si se repite, piensa que no estás sola :)


  2. lai Says:

    Lo sé, Purusha. Pero gracias por recordármelo ;)